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Algunos de los que se comen crudos, como frutas y verduras, deben lavarse y desinfectarse cuidadosamente.
La temperatura de cocinado debe llegar al menos a 70º C en el interior del producto.
Los alimentos congelados (carne, pescado y pollo) deben descongelarse completamente antes de cocinarlos.
3. Consumir inmediatamente los alimentos cocinados
Cuando los alimentos cocinados son enfriados a la temperatura ambiente, los microorganismos empiezan a proliferar. Para no correr riesgos, conviene comer los alimentos inmediatamente después de cocinados, en un tiempo no superior a las 2 horas.
Si se quiere tener en reserva los alimentos cocinados, hay que prever su almacenamiento en condiciones de calor (a 65ºC o más) o de frío (a 4º C o menos).
Esta regla es vital si se pretende guardar comida. Se recomienda no almacenar alimentos en caliente más de 2 horas, ni en frío más de 3 días.
5. Recalentar bien los alimentos cocinados
Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos.
Esta contaminación cruzada puede ser directa, como por ejemplo sucede cuando la carne cruda de pollo entra en contacto con alimentos cocinados. Pero también puede ser más sutil, de forma indirecta, a través de un vehículo de transmisión, como las manos, cuchillos, utensilios, tablas de corte, trapos, superficies de trabajo, manetas, etc.
Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción (en particular si se hace para ir al baño, fumar, estornudar, etc.).
Si se ha estado preparando ciertos alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo, habrá que lavarse de nuevo antes de manipular otros productos alimenticios.
En caso de infección o herida de las manos, habrá que recubrirlas antes de entrar en contacto con alimentos.
Conviene mantener perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para la preparación de alimentos, y seguir un Plan de Limpieza.
No hay que olvidar que cualquier resto orgánico puede ser un reservorio de gérmenes y por tanto un foco de contaminación.
Los paños que entren en contacto con platos o utensilios se deben cambiar cada día y hervir (esterilizar) antes de volver a usarlos.
Los animales suelen transportar microorganismos patógenos que originan enfermedades alimentarias. No hay que olvidar que ciertos animales de compañía (perros, gatos, pájaros, tortugas) albergan a menudo agentes patógenos peligrosos que pueden pasar a las manos de las personas y de éstas a los alimentos. |
El agua potable es tan importante para preparar los alimentos como para lavarlos o limpiar las superficies de trabajo.
Utilice siempre agua procedente de un suministro hidráulico autorizado. De no ser así, habrá que desinfectar el agua antes de su utilización.